Jesús y los fariseos

 Los fariseos eran los Maestros de la Ley, y se creían superiores a todos, y siempre criticaban a Jesús, quién un día dijo:

- No sean como los fariseos. Si van a rezar, no recen como ellos, en público para que vean lo bien que lo hacen y lo piadsos que son. No, deben hacerlo en su casa a puerta cerrada, pues la oración es para Dios y no para el resto. Si van a ayunar, no ayunes como ellos, no pongan cara triste y de hambre para que se compadezcan. Ayunen con su mejor cara para que no se den cuenta, el ayuno es para Dios, no para el resto. En fin, que no sepa tu mano izquerda lo que hace tu derecha.-

Al oír esto, los fariseos se enfureieron, y más lo criticaban diciéndole a los ciudadanos que Jesús era un farsante, pero la gene creía en JEsús por los signo y milagros que hacía.